lunes, 29 de agosto de 2011

yoidith delgado rodriquez
902
alexander

1. Concepto
Denominación de carácter periodístico y, en cierto sentido, publicitario o al menos editorial, que se aplicó a la difusión exitosa y simultánea de un reducido grupo de escritores, en los años sesenta del siglo XX, que no configuraron ningún grupo, tendencia o escuela artística, y cuya única seña de identidad en común era el uso de la lengua española y el hecho no ser nativos de España sino de diversos países del bloque hispanoamericano.
La mayoría de los especialistas suele situar el punto de arranque de este fenómeno mediático centrado sin excepciones en el género novelístico, con obras que estuvieron no sólo un gran reconocimiento crítico sino también un elevado número de lectores en junio de 1963, con la publicación de la mítica y revolucionaria rayuela, del argentino J. Cortázar, que fue contemporánea de los primeros títulos significativos del peruano M. Vargas Llosa (La ciudad de los perros, 1963; La casa verde, 1966), del mexicano C. Fuentes( la muerte de Artemio Cruz, 1962; cambio de piel, 1967) y sobre todo el colombiano G. García Márquez, cuya novela Cien Años de Soledad ( 1967), consolidó el boom hasta el punto de convertirse en la obra más famosa, vendida y traducida de la lengua española, entre todas las posteriores del quijote.
Estos 4 autores constituyeron la avanzadilla y a la vez el indiscutible grupo protagónico del acontecimiento editorial que se comenta, y que tuvo como principal virtud la de ayudar a difundir y apreciar en el ámbito internacional el hombre y la obra de otros autores hispanoamericanos que les habían precedido o que eran sus contemporáneos, e incluso de muchos otros que surgieron en los años inmediatamente posteriores, hasta finales de la década de los sesenta; fecha en la que puede situarse el final de este periodo expansivo de las literaturas hispánicas transatlánticas, en una Europa y unos Estados Unidos hasta entonces más bien indiferentes ante ellas.
En el primer grupo configurado por autores de la obra ya consolidada y no méritos que el boom ayudó a poner en circulación a partir de la segunda mitad de los años sesenta, cabe mencionar a los argentinos J. L. Borges, E .Sábato, A. Bio y Casares; y M. Mujica Láinez, al uruguayo J. C. Onetti, al chileno J. Donoso, al peruano J. R. Ribeyro, al colombiano A. Mutis, al venezolano A. Uslar Pietri, al paraguayo A. R. Bastos; a los cubanos Infante, al guatemalteco M. A. Austrias y a los mexicanos J. Rulfo y J. J. Arreola.

En el segundo grupo de los apartados que integrarían estos ejemplos, que corresponde a autores más jóvenes o de obra más tardía, cuya difusión se vio beneficiada por el interés despertado por el boom en el público de habla española y de otras lenguas, podrían incluirse los chilenos J. Edwards, F. Alegría y E. Lafourcade, el argentino Mipuig, el guatemalteco A. Monterroso, el cubano S. Sarduy, los mexicanos V. Lenero y S. Pitol, el peruano A. Bryce Echenique o el venezolano S. Guarmendia.
La significación del boom como acontecimiento sin referentes ni paralelos en la historia de las letras hispánicas, admite diversas lecturas que son otras tantas propuestas parciales para entender su singularidad. En primer lugar, no fundó una escuela o movimiento, ni dejó por tanto continuadores o corrientes que puedan adscribírsele en el estricto sentido literario, por lo que su huella no es otra que la difusión y la apertura al mundo de una vasta región cuya literatura permanecía ignorada o conocida de manera confusa y parcial.
En segundo lugar, no representó la evolución o continuidad de ningún ismo por el cual las letras del sub continente hubiesen sido conocidas con anterioridad: nada hay en él que lo asocie a los poetas románticos decimonónicos, al modernismo de un R. Darío, a las diversas vanguardias del cono sur (ultraístas, creacionistas) ni mucho menos al indigenismo. En tercer lugar, hizo por primera vez de hispanoamérica, tierra de cronistas y poetas, una potencia narrativa de primer orden que se sorprendió por igual a españoles y a lectores de otras lenguas.
Su punto de partida político, finalmente, que lo asoció a los movimientos revolucionarios de su época y lugar por la ideología izquierdista de sus principales representantes, a acabó diluyéndose con el paso del tiempo, bien por la evolución de estos hacia otras posturas o por la evolución de éstos hacia otras posturas o por la incorporación de autores de muy variadas ideologías, hasta devenir un claro ejemplo ecuaniménico continental, en el que caben todos los matices estéticos y políticos.
1.2 Origen
No se sabe con detalle cómo fue el origen de esta corriente. Muchos dicen que surge como una caricaturización de la realidad. Pero otros afirman que el escritor busca manifestar su punto de vista de la realidad. También se dice que surgió por la misma necesidad de los escritores de mostrar algo innovador, algo que rompiera con todas las facetas, algo que le dejara crear su propio estilo, algo que le permitiera liberar y dar rienda suelta a su imaginación, alguna cosa que invitara a los lectores a retomar el gusto por la literatura, ya que ellos estaban buscando algún libro con el que se sintieran apoyados y comprendidos, que mostrara a los demás que las injusticias de las cuales él se quejaba eran reales y que otra persona también se dio cuenta y lo estaba expresando en ese libro.
Al hablar del boom nos referimos a un grupo de narradores que se da a conocer con una proyección internacional a partir de la publicación de sus obras en España, donde se instalaron, huyendo de los regímenes autoritarios. Tan marcada dejaron su huella en la tierra que la literatura en castellano de los sesenta reconocida por los autores latinoamericanos más que por el resto de autores españoles.
Si bien la noción de boom parece menos apropiada para un análisis de tendencias literarias que el término nueva novela, tampoco es posible prescindir por completo de ese concepto que, a fuerza de ser usado por todos, se ha convertido en sinónimo de la narrativa de los sesenta y ha sido consagrado por los mismos escritores.
1.3 Características
1.3.1 El tema cubano
Este fue el primer punto de encuentro emocional para el grupo, a partir de la primera revolución socialista que tiene lugar en latinoamérica, lo cual era una razón de respaldo del levantamientocastrista contra los desatinos de Batista. Conforme se fue sovietizando el régimen de Castro, este nexo fue de desencuentro, ya que la democracia que se esperaba que llegara, no llegó. Sin embargo, a partir de este momento no todos los escritores actuaron del mismo modo: algunos se distanciaron – Mario Vargas Llosa, Guillermo Cabrera Infante, Jorge Edwars – y otros, aún en la actualidad la siguen apoyando, como es el caso de Gabriel García Márquez y Benedetti.
1.3.2 Realismo mágico
Los maravillados escritos de los Cronistas de Indias y su sentido de estar en otro mundo conquistando tierras que sólo en su fantasía poblada de libros de caballerías podían hallar paralelo se convirtió de hecho en los pueblos hispanoamericanos en una señal de identidad cultural de la que derivó una nueva corriente estética como el Realismo Mágico o, según concibe Alejo Carpentier, loReal Maravilloso.

La narrativa describe cosas irreales como si fueran reales y cotidianas y las cosas cotidianas como si fuesen irreales; se renueva el lenguaje y las técnicas narrativas y las historias, que pueden estar basadas en sucesos de la vida real, incorporan elementos extraños, fantásticos o legendarios, pueblos mitificados, espacios y lugares fruto de la especulación y personajes que, como pueden existir, también pueden ser irreales o fruto híbrido y mestizo entre lo verdadero, lo imaginario y lo inexistente, que hace difícil separarlos.
Al comparar una novela que fue escrita antes del periodo del boom, con otra que fue hecha durante esta transición literaria, se repara en que la historia que fue escrita antes del Boom Latinoamericano nos muestra una realidad plana y sombría, una realidad normal y verdadera, una realidad existente, mientras que la novela escrita después del Boom Latinoamericano muestra muchas facetas de un mismo lugar, de un mismo personaje o del tiempo que recrean la realidad, es decir, se rompe todas las barreras entre lo fantástico y lo habitual y convierte esta mezcla en una nueva realidad, que es perfecta para poder dejar que su inspiración fluya, circule y deje salir las mejores ideas.
El Boom latinoamericano fue un fenómeno editorial que surgió entre los años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de novelistas latinoamericanos relativamente joven fue ampliamente distribuido en Europa y en todo el mundo. El boom está más relacionado con los autores Gabriel García Márquez de ColombiaJulio Cortázar de ArgentinaCarlos Fuentes de México y Mario Vargas Llosa de Perú. Por el movimiento de América Latina de la Vanguardia, estos escritores desafiaron las convenciones establecidas de la literatura latinoamericana. Su trabajo es experimental y, debido al clima político de la América Latina de la década de 1960, también muy política. El crítico Gerald Martin escribe: «No es una exageración para afirmar que si el continente del Sur fue conocido por dos cosas por encima de todos los demás en la década de 1960, éstas fueron, en primer lugar, la Revolución Cubana y su impacto tanto en América Latina y el Tercer Mundo en general, y en segundo lugar, el auge de la literatura latinoamericana, cuyo ascenso y caída coincidió con el auge y caída de las percepciones Liberales de Cuba entre 1959 y 1971».1
1.3.3 Alteración cronológica
El boom es, desde la pluralidad de su creatividad, ganancia que asume, decanta e incorpora sin reservas los aportes más permanentes de la creación contemporánea, sin por ello vacilar en hacer suyo lo más depurado de la gran tradición literaria. Para ello desconoce todo tipo de dependencia a modelos establecidos, y al hacerlo, determina que su modelo sea el de la imaginación y oficio de cada uno de sus autores. 
El éxito repentino de los autores del Boom fue en gran parte debido al hecho de que sus obras se encuentran entre las primeras novelas deAmérica Latina que se publicaron en Europa, por las editoriales de Barcelona, en España.2 De hecho, Frederick M. Nunn escribe que:"novelistas latinoamericanos se hicieron mundialmente famosos a través de sus escritos y su defensa de la acción política y social, y porque muchos de ellos tuvieron la fortuna de llegar a los mercados y

El salto mortal del boom es hacia su propia esencia, a partir de la superación del realismo de la narrativa regionalista e indigenista, imperantes en la literatura hispanoamericana durante las tres primeras décadas del siglo.

Fuente(s):

Fuente: Historia personal del "boom" / Jose Donoso. Providencia, Santiago de Chile : Alfaguara : Aguilar Chilena de Ediciones, c1998
hace 2 años
 las audiencias más allá de América Latina a través de la traducción y los viajes y, a veces a través del exilio".3
-
Muchas novelas que corresponden a la época del Boom latinoamericano, no tienen orden cronológico de los sucesos que ocurren en él, por ejemplo, normalmente una novela comenzaría en aquel momento en que los protagonistas se conocen, y terminaría cuando después de muchos problemas y ajetreos, se casan; en este tipo de novelas no, puede empezar cuando contrajeron matrimonio y terminar, cuando la novia, después de enterarse de la infidelidad de su prometido con su mejor amiga, intenta suicidarse y él la salva, con lo cual ella quedó nuevamente enamorada de él y acondicionan todo

jueves, 28 de julio de 2011

el "boom" la tinoamericana

colegio: institucional educativa Jesús maestro sueños y oportunidad
nomdre: yoidith delgado rodriquez
curso:902
jornada : am

Índice
Introducción
1. El boom latinoamericano e hispanoamericano.-
2. El boom y sus técnicas en la narrativa.-
3. Algunos fenómenos del boom.-
Conclusión Final.-
Bibliografía.-
1. El boom latinoamericano e hispanoamericano

Este Boom de la narrativa se produjo en la década de los sesenta, el cual
propagó un vasto conocimiento mundial, desde el punto de vista de los
críticos como también de los lectores. Este surgimiento dio paso a una
explosión de una narrativa pura y renovada, lo que permitió llevar a nuestra
literatura alrededor del mundo. El problema a plantear será entonces cómo
fue el desarrollo y madurez de la narrativa del llamado boom literario latino-
americano. Para poder desarrollar este tema se plantearé elementos o ideas
centrales. En primer lugar se tratará sobre la iniciación o revelación de este
“Boom” literario en América Latina e Hispanoamericana. Luego hablaré de la
madurez y amplificación de las técnicas narrativas del boom. Y por ultimo
abarcaré algunos fenómenos del boom.
La herencia narrativa de la increíble cultura de las sociedades
latinoamericanas de hace cuatro décadas anima e incorpora a una nueva
generación de escritores a empezar a tener eco en España.
Este eco sigue sonando todavía como Big Bang que dio origen al renacimiento
de la novela contemporánea. Para destacar esta etapa importante en los
países latinoamericano se el 12 de febrero se cumplieron 20 años de la muerte
en París de unos de los representantes de aquel boom literario, Julio Cortázar,
ya que ésta es una buena ocasión para evaluar su herencia. El propio Cortázar
dijo que el boom era "la más extraordinaria toma de conciencia por parte del
pueblo latinoamericano de una parte de su propia identidad es decir que el
boom no lo hicieron los editores, sino el público atraído por un nuevo cambio
en la literatura que se tenia en el momento. Verdaderamente, el éxito de las
novelas de García Márquez, Vargas Llosa o Alejo Carpentier coincidió con la
expansión de un ideal hispanoamericano de transformación social, en los 60 y
primeros 70. Esta explosión de creatividad cultural y social llegó a Europa
como un soplo de aire nuevo en un momento en que la novela europea daba
claros signos de asfixia.
El "boom" latinoamericano: no es un movimiento, ni una escuela, es producto
de la casualidad, una creación inesperada de jóvenes talentos que
demostraron al mundo que Latinoamérica era capaz de crear cosas originales,
atrayentes y entendibles. Se podría decir que se inició cuando elPrem i o
Biblioteca Breve de la Editorial Seix Barral fue a manos de un latinoamericano
llamado, Mario Vargas Llosa, por su novela “La ciudad y los perros” en 1962;
publicación que según muchos críticos, analizan que ocurre el cambio decisivo
en la recepción mundial de las letras latinoamericanas. Éste es el medio más
poderoso de entrada de la narrativa latinoamericana, es decir ayudó a la
promoción de muchos escritores de esta nueva generación de la narrativa y
que más adelante encontraría su apogeo en Europa y Norteamérica.
El año de 1967 fue un año para recordar a Miguel Ángel Asturias, quien
obtendría el Premio Nobel ese año, aunque en la actualidad nadie lea sus
libros; Vargas Llosa el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos por “La
Casa Verde”, Fuentes el Biblioteca Breve por Cambio de piel, el cubano
Guillermo Cabrera Infante publicaría -aunque con cortes por la censura
franquista- Tres tristes tigres y, sobre todo, Gabriel García Márquez hizo
pública una novela que había preparado toda su vida y por la cual había
pasado las de Caín durante sus dieciocho meses de redacción con “Cien años
de soledad”. La novela fue admirada unánimemente, Gabo alcanzó fama
universal, sus libros anteriores -que no pasaban de la medianía, a pesar de
que hay quienes adoran la novelita “El coronel no tiene quien le escriba”
(1958)- fueron reeditados rápidamente y en 1982 obtuvo un merecido Premio
Nobel de Literatura. Hay mucho que decir sobre “Cien años de soledad”, así
como de “El amor en los tiempos del cólera” (1985), novela que Gabo
considera mejor. Pero boom seguía fuerte, en 1970 cuando ya estaban en su
candela de trampolín a la fama Juan Carlos Onetti (Junta cadáveres, 1964),
Alejo Carpentier (El siglo de las luces, 1962), Jorge Luis Borges y Juan Rulfo.
En ese año el chileno José Donoso presentó “El obsceno pájaro de la noche”
que por cierto, también ha escrito el único documento "desde adentro" sobre
el boom: Historia personal del "boom". Por consecuente en 1973, Vargas Llosa
publica “la estupenda Pantaleón y las Visitadoras”, en 1974 el paraguayo
Augusto Roa Bastos publica una novela capital sobre dictaduras
latinoamericanas, “Yo, el Supremo”, en 1975 García Márquez también habla
sobre dictaduras en “El otoño del patriarca” y Carlos Fuentes con la novela,
Terra Nostra, gana el Rómulo Gallegos en 1977. Explorando y observando lo
que fue el boom hispanoamericano veinticinco años después todos los otros
escritores siguieron sus hábitos escribiendo novelas.
Sin embargo ay que destacar que Mario Vargas Llosa fue y sigue siendo el
escritor más premiado de esta etapa , porque a los treintaitrés años publicó
su mejor novela ambientada en el Perú, “Conversación en La Catedral “(1969)
y en 1981, “La guerra del fin mundo”. García Márquez y Carlos Fuentes siguen
escribiendo y vendiendo libros y ampliando su gran fama en el mundo, Julio
Cortázar escribió después de Rayuela otras tantas novelas que, como Asturias,
nadie lee como “62/Modelo para armar, “Libro de Manuel”,además de varios
cuentos. Falleció de cáncer en febrero de 1983. Lo suplantó Carpentier (1980)
y le siguieron Rulfo y Borges (1986), Juan Carlos Onetti (1994) y José Donoso
(1996).
2. El boom y sus técnicas en la narrativa